Qué bonito es ir paseando y encontrarte
con un almendro en flor, con ese color rosa y blanco tan bonito.
Pero si un solo almendro es bonito ¿que
decir de un campo lleno de almendros en flor?
Estoy acostumbrada a estas flores de
invierno, a comer las almendras verdes, a picar con el martillo las almendras
secas…
El almendro y su fruto forman parte de
mi vida, es habitual tenerlos cerca y disfrutar del color de sus flores.
Pero es cierto que no he sabido apreciar
todo su poder, todo su color… hasta haber visto los almendros en las películas
chino-japonesas; los asiáticos ven los almendros y sus flores con otros ojos, creo
que aprecian mucho más la floración de los almendros de lo que lo hacemos
nosotros en Levante.
Con los años me fijo mucho más; ahora
veo el detalle de los pétalos y disfruto de los colores rosados o azulados que
pueden tener las flores, mezclado con ese blanco inmaculado que en conjunto dan
una grata sensación de pureza.
Ahora solo falta esperar a que llegue la floración de los
cerezos.
Besos y abrazos
Evaldés
No hay comentarios:
Publicar un comentario