¡Paseando por Ámsterdam!

Este año he tenido la oportunidad de visitar Ámsterdam. Ya tenía en mente otras vacaciones, pero casualidades de la vida, mi prima Sandra me comentó su disponibilidad y una vez hablado con mi marido, pues allá que fui, de cabeza, bueno de cabeza no, en avión.

Hacía tiempo que no salía de España, y estaba muy ilusionada. Me ha gustado todo de Ámsterdam, todo: la gente es muy amable, todos me han atendido en inglés y no he tenido problema para comunicarme.

El transporte público es fantástico, he viajado en Autobús, barcaza, Tram y Tren, con gran cantidad de horarios y enlaces para trasbordo.

Siempre hacemos comparaciones y sin quererlo a veces tenía la sensación que había vuelto a Kent en Inglaterra o por el verde que me rodeaba, que estaba en Asturias o Galicia.

Increíble el clima, no quiero pensar cómo será en invierno. Final de mayo y hacia frío, yo soy muy friolera y mi prima me dijo, “ven vestida como si estuvieses en Octubre”, así ha sido: con camiseta interior, dos mangas y calzado caliente.

La ciudad me ha encantado, sus canales...

Visitar la ciudad desde del agua vale la pena.

Desde el canal Gentelmen se pueden ver 7 puentes seguidos.

El Patito de goma es un símbolo del país, y se ve en los lugares más insospechados.

Los edificios, los monumentos, de esta ciudad europea con solera los mantienen muy bien, tanto es así que me ha sorprendido ver iglesias convertidas en salas de exposición, bares o restaurantes. En esta catedral “De Nieuwe Kerk” estaba la exposición Worl Press de fotografía 2015 y estas son las tallas de madera que se conservan en el púlpito.

Supongo que si en España la Iglesia tuviese que pagar todos los impuestos de los que está exenta, seguro que tendría que vender patrimonio y tendríamos edificios mejor conservados.

Como todas las capitales hay un sinfín de lugares para visitar, la biblioteca pública es increibe, que lugar más interesante, fui a la sección de partituras y Diós mio, que cantidad de música…

También está el Museo Naval, un edifico cuadrado con un patio de aguas central rematado con una cúpula piramidal de cristal. El navío amarrado a la puerta trasera del museo forma parte de la visita.

Además del trasporte público están las bicicletas, ¡madre mía!, aquí os pongo unas fotos de las montoneras de bicicletas que se ven, están atadas por todas partes y en la estación central hay un parking para 2.500.

Parking de Central Station

Mi prima me prestó una bicicleta el primer día, sin maneta de freno, freno de pedal, muy interesante, muy intenso, a pesar de ir tras ella todo el rato el tráfico a pedal es una vorágine, mejor ir andando. Pero cierto es que si viviese allí iría en la vespita todo el día, ya que los ciclomotores pueden ir por el carril bici y sin casco, con el viento en la cara y el pelo al vuelo…

Alquilar una bicicleta con freno pedal sobre los 8 Euros y la moto unos 32 Euros al día.

En la próxima ocasión os mostrare los molinos, aquí os dejo este que está en el centro, próximo al Museo Naval, ahora es una destilería o fábrica de cerveza. 

Hasta la próxima,
Evita besos y abrazos.