El día de la mujer trabajadora ha llegado, no os preocupéis, no os
voy a explicar a qué se debe esta fecha, si queréis saberlo solo tenéis que
mirar la wikipedia o seguro que el doodle de google ya lo ha recordado.
Y si, ha llegado el 8 de marzo una vez más y no sé que me ha
pasado ese año, pero hoy no veo esta celebración como una más, hoy la miro con
otros ojos. Antes pensaba que no era importante, ya que el día de la mujer
trabajadora en realidad “es todos los días del año”.
Pero este año he echado la vista atrás, he mirado con otra
perspectiva, he recordado momentos y me he dado cuenta de la poca importancia
que le damos a esta celebración, a pesar de lo difícil que fue para nuestras
mayores; la lucha que fue para ellas lograr ese estatus de “mujer trabajadora”,
entiéndase mujer asalariada con los mismos derechos laborales que un hombre
(aunque esto último debería ser cierto y no lo es)
La mayoría de las blogueras somos mujeres, no sabemos cómo lo
hacemos, pero somos capaces de llevar nuestra casa, salir a trabajar, volver y
llevar uno o dos blogs adelante. Todas sabemos el trabajo que nos cuesta,
tampoco voy a explicar aquí la odisea que ello supone. Pero para poder hacer
estos malabares tenemos mucha tecnología que nos apoya y nos ahorra tiempo,
gracias a todas las máquinas, electrodomésticos y nuevas tecnologías podemos
hacer lo que hacemos. Así y todo, muchas de nosotras necesitaríamos el doble de
horas para hacer todo aquello que nos proponemos y que al final del día,
rendidas, terminamos por hacerlas en sueños, ya que la energía nos abandona y
nos entrega a Morfeo para que entre sus brazos recuperemos las pilas para la
siguiente batalla.
Y vuelvo al hilo de este texto, esta publicación va dirigida a
todas las mujeres trabajadoras, dentro y fuera de casa, a todas las mujeres que
se convierte en súper mujeres y consiguen llevarlo todo adelante. Unas lo hacemos peor y otras mejor, incluso en ocasiones no es posible llevar ese ritmo todo el
tiempo y nos relajamos, pero normalmente es una situación pasajera que nos
sirve para inspirarnos y con nuevo animo volver a la carrera. Y no es una
carrera contra los hombres o contra otras mujeres, es simplemente contra
nosotras mismas, una competición personal que llevamos a cuestas, sin darnos
cuenta. Es la superación personal.
Os vamos a presentar unas mujeres trabajadoras que conocemos bastante y nos han empujado a seguir haciendo lo que nos gusta, sin dudar nunca de nuestras posibilidades.
Empezamos:
Os vamos a presentar unas mujeres trabajadoras que conocemos bastante y nos han empujado a seguir haciendo lo que nos gusta, sin dudar nunca de nuestras posibilidades.
Empezamos:
1. Mujer
trabajadora: Julia Bermejo o Julia " La Peluquera"
Quizás el motivo por el que este año lo veo diferente es porqué mi
madre está a punto de cumplir 70 años, ya está jubilada, pero siempre ha
trabajado. Y pensando en ello, he recordado que con 21 años tenía su propio
negocio; una peluquería, además de tres hijos tirando de su falda, sin
asistenta en casa. Me he dado cuenta que durante toda la infancia no recuerdo
que me faltasen unos calcetines limpios para vestirme o la merienda al llegar
del cole.
Para este tributo a la mujer trabajadora os presento estas fotos: la 1ª un grupo de amigos de celebración. En ella mi madre, con sus compañeros de la fabrica "Juguetes y Estuches" en
Ibi (Alicante), con 17 años, pero ya trabajaba desde los 14. Mi madre es la
segunda de la izquierda, rubia con el pelo corto y un vestido brillante.
Me hubiese gustado poner una foto de mi madre en la peluquería con
el secador en la mano, pero no tenemos ninguna, así que os pongo esta que hemos
encontrado y ya ni recordábamos.
Aquí está mi madre con 31 años cortándole el pelo a mi tio Pepe y
mi primo Abelardo con menos de 2 años. Esta es otra faceta de la mujer
trabajadora, al menos de las peluqueras. Cuando íbamos de Dénia a Ibi (muchos,
muchos fines de semana) llegábamos y mi madre seguía trabajando cortándole el
pelo a la familia… se supone que los fines de semana son para descansar… pero
como veis, se le ve contenta.
Pasado los años y con los hijos ya independizamos, sin que ninguno
siguiésemos el oficio, ella decidió cerrar la peluquería. Pero claro, no podía dejar
de trabajar, así que hasta la jubilación trabajó en diferentes puestos: recolectando
cerezas y melocotones, de ayudante de cocina, limpiando apartamentos, cuidando
ancianos tras varios cursos de geriatría, de cuidadora social para Asistencia Social
y finalmente en un almacén de naranjas, empezando como triadora y terminando en
la sección de limpieza.
Podría poner más fotografías de mi madre, también podría contar su
vida y milagros, pero nos estamos centrando en mujeres trabajadoras, así que
vamos a conocer las madres trabajadoras de las compañeras de Crea i Comparte.
2. Mujer trabajadora: Ana Contreras
Mi madre empezó a trabajar de adolescente con un sastre, recuerda pasarse las horas dando puntada tras puntada.
En el año 1966 no le quedo mas remedio, al igual que a muchos otros españoles que emigrar. Marchó a un país desconocido sin el respaldo de una carrera universitaria, sin saber idiomas, tan apenas sabiendo escribir su nombre sin faltas de ortografía.
Se encontró barreras de "racismo", si... los emigrantes españoles sufrieron racismo... idioma, costumbres pero es una luchadora y salió adelante. Trabajo cosiendo, limpiando y en lo que pudo. Allí conoció a mi padre y se casaron.
A la vuelta a España ejerció unos años como ama de casa, trabajando de sol a sol sin reconocimiento ni remuneración, al cabo de unos años volvió a trabajar fuera de casa porque parece ser que criar a tres hijas, perro, marido y suegros a parte de padres no era bastante trabajo.
Le agradezco que me haya enseñado a sacarme yo solita las castañas del fuego, a que no se me caigan los anillos y que cualquier trabajo es digno y enriquecedor si lo realizas con la frente muy alta
Mónica Martí.
3. Mujer trabajadora: María Nadal
Mi madre trabajó muy poco fuera de casa, sólo cuando era adolescente, que siguió la costumbre de la gente con pocos medios, de ponerse a servir en casa de ricos.
Con 22 años se casó con mi padre y, por su profesión, tuvo que cambiar bastantes veces de lugar de residencia, hasta que ya, cuando yo tenía 5 años, nos fuimos de Granada para vivir en Valencia.
Además de la casa, en los años 70 se solían realizar pequeños trabajos caseros de costura, muy mal pagados, pero que ella hacía por intentar poner su granito de arena para sacar adelante a sus tres hijos.
Rosa Romero.
Mi madre trabajó muy poco fuera de casa, sólo cuando era adolescente, que siguió la costumbre de la gente con pocos medios, de ponerse a servir en casa de ricos.
Con 22 años se casó con mi padre y, por su profesión, tuvo que cambiar bastantes veces de lugar de residencia, hasta que ya, cuando yo tenía 5 años, nos fuimos de Granada para vivir en Valencia.
En esta foto debía tener más o menos la edad de cuando se casó. Es una foto muy antígua, porque mi madre tiene ya 82 años.
Siempre la recuerdo contenta, todo el día atareada con la casa y la comida, haciéndonos la vida más fácil a los demás. Nunca le oí una queja por tener que dejar su pueblo y a su familia, simplemente se adaptaba a cada lugar en el que vivíamos, porque tenía y tiene muy buen carácter y es una persona muy sociable.
La verdad es que la labor de las amas de casa es impagable, no tienen horario ni días de fiesta, siempre están ahí, al pie del cañón y hoy en día se echa en falta la presencia de la madre en muchas casas.
Rosa Romero.
4. Mujer trabajadora: Pepita Tamame o Pepita la del Cristo.
La historia de mi madre es la historia de su entrega al cuidado de la
familia.
Ella es una mujer muy dulce, quizá se le pegara algo de esa dulzura
cuando con sólo 14 años empezó a trabajar en Reglero, una fábrica de dulces.
A pesar de ser sólo una niña cuando empezó a trabajar, su trabajo era
muy duro, entonces las fábricas no eran tan sofisticadas y prácticamente todo
se hacía de forma manual, y después de acabar la jornada de trabajo en la
fábrica “las chicas de Reglero” tenían que hacer el reparto de dulces a pie,
así que sus pequeños brazos tenían que soportar muchos kilos de peso en las
bandejas de reparto mientras iba de acá para allá. ¿Alguien se imagina a los
niños de 14 años de ahora realizando tareas tan duras?
A los 18 años mi madre dejó de trabajar para convertirse en la feliz
esposa de mi padre, y a los pocos meses se convirtió en una jovencísima mamá,
años después llegamos 2 más para aumentar la familia.
Una vez que mis hermanos y yo ya habíamos crecido lo suficiente ella
volvió al trabajo “en casas” para aportar un extra a la economía familiar,
aunque unos años después lo volvió a dejar de nuevo para dedicarse en exclusiva
al cuidado de mi abuela y de nosotros.
Ahora ella vive sola, pero eso no quiere decir que haya bajado el ritmo,
no recuerdo haber visto a mi madre en el sofá sin hacer nada, si no está
cocinando está limpiando o cosiendo cuidando de mis sobrinos, de las mascotas o
haciendo recados, pero ella nunca para, y no sólo hace cosas para la familia,
si alguien necesita que le “cojan un bajo”, la cosas un botón o que le
acompañen al médico, allí está ella sin pedir nada a cambio.
Raquel Domínguez.
____________________________________Como podéis ver tenemos en casa los mejores ejemplos de mujeres trabajadoras, ellas nos han marcado el camino, un camino con muchos obstáculos que iremos salvando poco a poco, un camino que nosotras estamos marcando a las nuevas generaciones.
Nuestros caminos desde siempre han sido guiados por estas mujeres trabajadoras, y ahora nosotras lo hacemos con las nuevas generaciones.
En un mundo ideal todos seremos iguales, simplemente personas, sin importar: religión, raza o sexo… solo seres humanos. Pero hasta que llegue ese momento, nosotras estaremos al pie de cañón, haciendo todo lo que podamos “hasta el infinito y más allá”.
Hoy es domingo y ¿quién de vosotras no tiene algo que hacer?
Feliz día de la mujer trabajadora.
Evita Besos y Abrazos
Evita Besos y Abrazos
10 comentarios:
Una entrada muy tierna y de reconocimiento a esas mujeres que con su granito de arena, la mujer haya empezado a formar parte de una sociedad activa, aunque aun queda mucho.
!!Bravo por ellas!!.
Gracias Merche,
Es cierto, aun que mucho camino, pero ya estamos en marcha.
Feliz día!
Besos y abrazos
Por mucho que lea este post siempre me emociona.
Besitos
Precioso!!!! Conmovedor y emocionante!!!
Gracias por compartir estas historias familiares!!!
Un besazo enorrrrrrrme a todas:)
Si Mónica, es muy emotivo, ahora estoy en casa de mi madre y lo está leyendo. Mira que la he etiquetado en todas las redes y hasta ahora ni se había enterado, ja, ja.
Nines, cuando escribo estas cosas pienso en ti, que eres muy sensible y sentimental, sabiendo que te va a encantar,
Besos y abrazos.
Qué emocionante ver a nuestras madres reflejadas en un blog y qué mérito tienen haber echo tantas cosas en un época tan difícil.
Que guapas están todas y si que tienen merito.. lavar todo a mano, sabanas y mantas. Las conservas que tenían que preparar, y muchas mas cosas que ni nos imaginamos, además del trabajo en el campo, fabrica o casa.
¡Feliz día!
Precioso y entrañable post Eva! Me ha encantado y emocionado! Lo que nuestras madres han trabajado y hecho por nosotros es increíble, y no se paga con nada!! Besos a todas las mamis!
Hola Noemi,
Es cierto no tiene precio.
Me alegra que te haya gustado.
Besos y abrazos
Publicar un comentario