domingo, 8 de marzo de 2015

8 de marzo "Día de la mujer trabajadora", y nosotras lo somos...

El día de la mujer trabajadora ha llegado, no os preocupéis, no os voy a explicar a qué se debe esta fecha, si queréis saberlo solo tenéis que mirar la wikipedia o seguro que el doodle de google ya lo ha recordado.

Y si, ha llegado el 8 de marzo una vez más y no sé que me ha pasado ese año, pero hoy no veo esta celebración como una más, hoy la miro con otros ojos. Antes pensaba que no era importante, ya que el día de la mujer trabajadora en realidad “es todos los días del año”.

Pero este año he echado la vista atrás, he mirado con otra perspectiva, he recordado momentos y me he dado cuenta de la poca importancia que le damos a esta celebración, a pesar de lo difícil que fue para nuestras mayores; la lucha que fue para ellas lograr ese estatus de “mujer trabajadora”, entiéndase mujer asalariada con los mismos derechos laborales que un hombre (aunque esto último debería ser cierto y no lo es)



La mayoría de las blogueras somos mujeres, no sabemos cómo lo hacemos, pero somos capaces de llevar nuestra casa, salir a trabajar, volver y llevar uno o dos blogs adelante. Todas sabemos el trabajo que nos cuesta, tampoco voy a explicar aquí la odisea que ello supone. Pero para poder hacer estos malabares tenemos mucha tecnología que nos apoya y nos ahorra tiempo, gracias a todas las máquinas, electrodomésticos y nuevas tecnologías podemos hacer lo que hacemos. Así y todo, muchas de nosotras necesitaríamos el doble de horas para hacer todo aquello que nos proponemos y que al final del día, rendidas, terminamos por hacerlas en sueños, ya que la energía nos abandona y nos entrega a Morfeo para que entre sus brazos recuperemos las pilas para la siguiente batalla.

Y vuelvo al hilo de este texto, esta publicación va dirigida a todas las mujeres trabajadoras, dentro y fuera de casa, a todas las mujeres que se convierte en súper mujeres y consiguen llevarlo todo adelante. Unas lo hacemos peor y otras mejor, incluso en ocasiones no es posible llevar ese ritmo todo el tiempo y nos relajamos, pero normalmente es una situación pasajera que nos sirve para inspirarnos y con nuevo animo volver a la carrera. Y no es una carrera contra los hombres o contra otras mujeres, es simplemente contra nosotras mismas, una competición personal que llevamos a cuestas, sin darnos cuenta. Es la superación personal.

Os vamos a presentar unas mujeres trabajadoras que conocemos bastante y nos han empujado a seguir haciendo lo que nos gusta, sin dudar nunca de nuestras posibilidades.

Empezamos:

1. Mujer trabajadora: Julia Bermejo o Julia " La Peluquera"

Quizás el motivo por el que este año lo veo diferente es porqué mi madre está a punto de cumplir 70 años, ya está jubilada, pero siempre ha trabajado. Y pensando en ello, he recordado que con 21 años tenía su propio negocio; una peluquería, además de tres hijos tirando de su falda, sin asistenta en casa. Me he dado cuenta que durante toda la infancia no recuerdo que me faltasen unos calcetines limpios para vestirme o la merienda al llegar del cole. 

Para este tributo a la mujer trabajadora os presento estas fotos: la 1ª un grupo de amigos de celebración. En ella mi madre, con sus compañeros de la fabrica "Juguetes y Estuches" en Ibi (Alicante), con 17 años, pero ya trabajaba desde los 14. Mi madre es la segunda de la izquierda, rubia con el pelo corto y un vestido brillante.


Me hubiese gustado poner una foto de mi madre en la peluquería con el secador en la mano, pero no tenemos ninguna, así que os pongo esta que hemos encontrado y ya ni recordábamos.
Aquí está mi madre con 31 años cortándole el pelo a mi tio Pepe y mi primo Abelardo con menos de 2 años. Esta es otra faceta de la mujer trabajadora, al menos de las peluqueras. Cuando íbamos de Dénia a Ibi (muchos, muchos fines de semana) llegábamos y mi madre seguía trabajando cortándole el pelo a la familia… se supone que los fines de semana son para descansar… pero como veis, se le ve contenta.
Pasado los años y con los hijos ya independizamos, sin que ninguno siguiésemos el oficio, ella decidió cerrar la peluquería. Pero claro, no podía dejar de trabajar, así que hasta la jubilación trabajó en diferentes puestos: recolectando cerezas y melocotones, de ayudante de cocina, limpiando apartamentos, cuidando ancianos tras varios cursos de geriatría, de cuidadora social para Asistencia Social y finalmente en un almacén de naranjas, empezando como triadora y terminando en la sección de limpieza.

Podría poner más fotografías de mi madre, también podría contar su vida y milagros, pero nos estamos centrando en mujeres trabajadoras, así que vamos a conocer las madres trabajadoras de las compañeras de Crea i Comparte.


2. Mujer trabajadora: Ana Contreras

Mi madre empezó a trabajar de adolescente con un sastre, recuerda pasarse las horas dando puntada tras puntada. 

En el año 1966 no le quedo mas remedio, al igual que a muchos otros españoles que emigrar. Marchó a un país desconocido sin el respaldo de una carrera universitaria, sin saber idiomas, tan apenas sabiendo escribir su nombre sin faltas de ortografía.  

Se encontró barreras  de "racismo", si... los emigrantes españoles sufrieron racismo... idioma, costumbres pero es una luchadora y salió adelante. Trabajo cosiendo, limpiando y en lo que pudo. Allí conoció a mi padre y se casaron. 



A la vuelta a España ejerció unos años como ama de casa, trabajando de sol a sol sin reconocimiento ni remuneración, al cabo de unos años volvió a trabajar fuera de casa porque parece ser que criar a tres hijas, perro, marido y suegros a parte de padres no era bastante trabajo.

Le agradezco que me haya enseñado a sacarme yo solita las castañas del fuego, a que no se me caigan los anillos y que cualquier trabajo es digno y enriquecedor si lo realizas con la frente muy alta


Mónica Martí.


3. Mujer trabajadora: María Nadal


Mi madre trabajó muy poco fuera de casa, sólo cuando era adolescente, que siguió la costumbre de la gente con pocos medios, de ponerse a servir en casa de ricos.

Con 22 años se casó con mi padre y, por su profesión, tuvo que cambiar bastantes veces de lugar de residencia, hasta que ya, cuando yo tenía 5 años, nos fuimos de Granada para vivir en Valencia.



En esta foto debía tener más o menos la edad de cuando se casó. Es una foto muy antígua, porque mi madre tiene ya 82 años.

Siempre la recuerdo contenta, todo el día atareada con la casa y la comida, haciéndonos la vida más fácil a los demás. Nunca le oí una queja por tener que dejar su pueblo y a su familia, simplemente se adaptaba a cada lugar en el que vivíamos, porque tenía y tiene muy buen carácter y es una persona muy sociable.

Además de la casa, en los años 70 se solían realizar pequeños trabajos caseros de costura, muy mal pagados, pero que ella hacía por intentar poner su granito de arena para sacar adelante a sus tres hijos.


La verdad es que la labor de las amas de casa es impagable, no tienen horario ni días de fiesta, siempre están ahí, al pie del cañón y hoy en día se echa en falta la presencia de la madre en muchas casas.

Rosa Romero.


4. Mujer trabajadora: Pepita Tamame o Pepita la del Cristo.

La historia de mi madre es la historia de su entrega al cuidado de la familia.

Ella es una mujer muy dulce, quizá se le pegara algo de esa dulzura cuando con sólo 14 años empezó a trabajar en Reglero, una fábrica de dulces.

A pesar de ser sólo una niña cuando empezó a trabajar, su trabajo era muy duro, entonces las fábricas no eran tan sofisticadas y prácticamente todo se hacía de forma manual, y después de acabar la jornada de trabajo en la fábrica “las chicas de Reglero” tenían que hacer el reparto de dulces a pie, así que sus pequeños brazos tenían que soportar muchos kilos de peso en las bandejas de reparto mientras iba de acá para allá. ¿Alguien se imagina a los niños de 14 años de ahora realizando tareas tan duras?

A los 18 años mi madre dejó de trabajar para convertirse en la feliz esposa de mi padre, y a los pocos meses se convirtió en una jovencísima mamá, años después llegamos 2 más para aumentar la familia.


Una vez que mis hermanos y yo ya habíamos crecido lo suficiente ella volvió al trabajo “en casas” para aportar un extra a la economía familiar, aunque unos años después lo volvió a dejar de nuevo para dedicarse en exclusiva al cuidado de mi abuela y de nosotros.

Ahora ella vive sola, pero eso no quiere decir que haya bajado el ritmo, no recuerdo haber visto a mi madre en el sofá sin hacer nada, si no está cocinando está limpiando o cosiendo cuidando de mis sobrinos, de las mascotas o haciendo recados, pero ella nunca para, y no sólo hace cosas para la familia, si alguien necesita que le “cojan un bajo”, la cosas un botón o que le acompañen al médico, allí está ella sin pedir nada a cambio.

Raquel Domínguez.
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Como podéis ver tenemos en casa los mejores ejemplos de mujeres trabajadoras, ellas nos han marcado el camino, un camino con muchos obstáculos que iremos salvando poco a poco, un camino que nosotras estamos marcando a las nuevas generaciones.

Nuestros caminos desde siempre han sido guiados por estas mujeres trabajadoras, y ahora nosotras lo hacemos con las nuevas generaciones.

En un mundo ideal todos seremos iguales, simplemente personas, sin importar: religión, raza o sexo… solo seres humanos. Pero hasta que llegue ese momento, nosotras estaremos al pie de cañón, haciendo todo lo que podamos “hasta el infinito y más allá”.

Hoy es domingo y ¿quién de vosotras no tiene algo que hacer?


Feliz día de la mujer trabajadora.

Evita Besos y Abrazos

10 comentarios:

Merche Hogar y brasas dijo...

Una entrada muy tierna y de reconocimiento a esas mujeres que con su granito de arena, la mujer haya empezado a formar parte de una sociedad activa, aunque aun queda mucho.
!!Bravo por ellas!!.

Evita Besos y Abrazos dijo...

Gracias Merche,
Es cierto, aun que mucho camino, pero ya estamos en marcha.
Feliz día!
Besos y abrazos

Mónica dijo...

Por mucho que lea este post siempre me emociona.

Besitos

Las cosas de Nines dijo...

Precioso!!!! Conmovedor y emocionante!!!
Gracias por compartir estas historias familiares!!!
Un besazo enorrrrrrrme a todas:)

Evita Besos y Abrazos dijo...

Si Mónica, es muy emotivo, ahora estoy en casa de mi madre y lo está leyendo. Mira que la he etiquetado en todas las redes y hasta ahora ni se había enterado, ja, ja.

Evita Besos y Abrazos dijo...

Nines, cuando escribo estas cosas pienso en ti, que eres muy sensible y sentimental, sabiendo que te va a encantar,
Besos y abrazos.

la Rosa dulce dijo...

Qué emocionante ver a nuestras madres reflejadas en un blog y qué mérito tienen haber echo tantas cosas en un época tan difícil.

Evita Besos y Abrazos dijo...

Que guapas están todas y si que tienen merito.. lavar todo a mano, sabanas y mantas. Las conservas que tenían que preparar, y muchas mas cosas que ni nos imaginamos, además del trabajo en el campo, fabrica o casa.
¡Feliz día!

Noemí TodoCooking dijo...

Precioso y entrañable post Eva! Me ha encantado y emocionado! Lo que nuestras madres han trabajado y hecho por nosotros es increíble, y no se paga con nada!! Besos a todas las mamis!

Evita Besos y Abrazos dijo...

Hola Noemi,
Es cierto no tiene precio.
Me alegra que te haya gustado.
Besos y abrazos