Hace
tiempo que conozco su canto, hace tiempo que los veo; no les presto mucha
atención aunque me gusta oírles. Todos los veranos están ahí, volando bajo,
correteando por la arena, yendo y viendo a esas boyas que delimitan la zona de
baño y embarcaciones. Llamándose el uno a la otra, revoloteando su territorio y
dejando que los humanos les molestemos durante esas horas que ocupamos su
espacio vital, ese espacio que para nosotros es ocio, playa y que para ellos es
su casa, su habitat; donde comen, beben, corretean y ahora parece que también
procrean.
Si,
este año me han sorprendido con una nidada de 4 pollos. Para mi poder verlos ha
sido una gran experiencia, es increíble como la pareja que lleva tantos veranos
haciéndome compañía en la playa, por fin este año veo que han criado 4
preciosos pollitos. Todavía no vuelan, solo corretean ¡y a qué velocidad!
Correteando por la arena |
En la dunas |
No
os voy a decir el lugar, pero es un espacio entre los 12 km. de playa de arena
que tenemos en Dénia. Sé que en otro kilometro hay otra pareja con pollos, así
que estamos de enhorabuena, a pesar de la mano humana, las playas de Dénia
todavía tienen vida.
Los
vi el domingo, sobre las 10.00, bueno, en realidad vi 4 bolitas gris/blancas
que se movían de una forma extraña y no sabía exactamente que podían ser. Al
acercarme la sensación de que sus progenitores les ordenan: “a dispersarse” y los
4 pollos salen corriendo cada uno por un punto cardinal, a una velocidad increíble…
De repente, no sé a cuál seguir; por fin elijo uno, este se camufla entre unas
ramitas y la arena de la playa ¡qué bonito es!
Pero
voy en biquini, no llevo cámara; me agacho, lo miro, él solo mueve los ojitos, los
padres me llaman desde lo lejos para que deje a su prole en paz y eso hago.
Y
esta es otra de esas oportunidades que no se deben perder, así que como era de
esperar, al día siguiente madrugo y antes de las 7.30 de la mañana estoy allí
con la cámara y el teleobjetivo, es lunes, entro a trabajar a las 8.30, pero no
puede dejar pasar más días, esos pollos no tardarán nada en alzar el vuelo y entonces será imposible
fotografiarlos.
Aquí
tenéis las fotos que he conseguido hacer, me hubiese gustado fotografiar toda
la familia junta, los 6 miembros, pero con estas fotos estoy satisfecha.
El
macho tiene la marca negra en el cuello, bueno esto de mi propia deducción, no
lo sé seguro pero, es lo habitual en las aves, el macho suele tener más color que
la hembra, para el cortejo.
He
seguido a una de las crías a la carrera, hasta que se ha visto acorralada y se
ha ocultado tras una planta en la arena, como podéis ver el color de la arena y el
plumón del pollo es perfecto para camuflarse.
Esta
pareja defiende al máximo a su prole, todo el tiempo que estoy haciendo fotos
al pollo, los padres no se han separado, vigilándome, piándome, llamando mi
atención. Y cuando por fin me separo de la cría, viene el macho para protegerlo cubriéndolo
con su plumaje.
En
esta foto podéis ver lo cerca que están de las personas, la pareja está
acostumbrada a mantener un distancia no muy grande con los humanos.
Ha
sido un gran encuentro, a pesar del estrés que he podido causar a la familia de
chorlitos. Me ha encantado!
Hasta
pronto.
Besos
y abrazos.
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