Qué bien nos vienen unos días de descanso. El puente de octubre ya se nos ha echado encima, pero para el puente de diciembre aún estamos a tiempo de preparar una escapadita.
A mí, antes de irme a vivir al pueblo, nada me hacía más feliz que irme unos días a una casita rural, lo más alejada posible del asfalto y, sobre todo, que estuviese rodeada de naturaleza. Era, aún sin saberlo, una fotógrafa paisajística en ciernes.
Hoy os enseño tres escapadas preciosas para los amantes de los paisajes intensos. Cada una de ellas con un encanto diferente y, sobre todo, perfectas para hacer en otoño, cuando los bosques nos ofrecen su colorido más intenso.
La primera nos llevará a Ávila. Visitaremos el Castañar del Tiemblo. Todo un espectáculo en esta época del año, cuando los castaños se tiñen de color amarillo dorado. No tengo fotos de cuando estuve, ya que hace muchos años y he traspapelado el material, pero os dejo ésta de la página www.turismodeavila.com.