jueves, 3 de noviembre de 2016

El viejo puerto de Marsella.

Quienes me conocéis, sabréis que el pasado mes de marzo me enrolé en un crucero por el mediterráneo.

La primera parada era Marsella. Esta ciudad es la segunda más poblada de Francia y el puerto más importante del país y del Mediterráneo. Con una extensión de casi diez kilómetros a lo largo de la costa, desde donde atracó el barco al centro de la ciudad es necesario usar un transporte.




Ciudad variopinta, cosmopolita y bohemia. Su puerto es luminoso y está lleno de vida. En cualquier rincón te encuentras cafeterías donde degustar un té o café.


Los barcos amarrados brillan a la luz del mediodía.





Flores, puestos de flores por doquier.




Incluso una noria desde la cual disfrutar del paisaje de la ciudad.


Marsella guarda entre sus piedras gran parte de la historia del Mediterráneo.
Mabel.

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