Esta ciudad, también conocida como Vittoriosa, fue la capital de Malta en el siglo XVI. En 1530, los Caballeros de San Juan, más conocidos como la Orden de Malta, se establecieron en esta pequeña ciudad, y la erigieron como capital de Malta.
Está situada sobre una pequeña colina mirando al mar, este fue el motivo de que la eligieran en contra de Mdina, la antigua capital. Es una ciudad fortificada, construida con la piedra amarilla típica de Malta, y como bien nos contó la guía, la única materia prima que es oriunda de la isla.
La brisa es tan fuerte y tal la concentración de salitre, que la erosión en algunos muros es impresionante.
Las calles son estrechas, mínimas, y en su mayoría peatonales.
Cuando fue ocupada por los caballeros de la orden, estos se establecieron en pequeños palacios según el país del que procedían. De modo que cada puerta que vemos, con las diminutas proporciones de las casas, componían el palacio de cada país que se establecía. Aquí el espacio es reducido y todo es de pequeñas dimensiones.
Hoy día todo son comercios o establecimientos relacionados con la hostelería. Y los carteles son muy tentadores...
Eso sí, el lugar es realmente tranquilo, como bien parece indicar este cartel, para los despistados:
Un rincón de la isla que bien merece una visita, eso sí siempre con un guía que nos oriente para no perdernos nada, ya que esta ciudad formó parte importante de nuestra historia.
¡Malta tiene mucho que ofrecer!
Mabel.
No conozco Malta y parece muy bonita, queda apuntado para próximos viajes.
ResponderEliminarBss
Es una isla que no ofrece pausajes espectaculares, en ese aspecto nos desanimo un poco. Pero en contra tiene vestigios de un pasado movidito gracias a su situación estratégica. Es historia pura.
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